Al menos eso opina Ismail Hakki Pekin, exjefe del departamento de inteligencia del Estado Mayor de Turquía.
Pekin explicó que Ankara insiste en la retirada del mandatario sirio, Bashar Asad, mientras que Moscú "prioriza liberar la región de Daesh —organización terrorista proscrita en Rusia y otros países— y mantener la integridad territorial del país".
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Asimismo, Pekin mencionó que el principal objetivo de EEUU es redefinir las fronteras en la región.
"El plan de EEUU es cambiar las fronteras nacionales de 23 o 24 países de la región, crear nuevos Estados, garantizar la seguridad de Israel e impedir que Irán se convierta en una potencia regional", subrayó.
En su opinión, Ankara y Moscú podrían acercar posturas en caso de que Turquía deje de insistir en la dimisión de Asad.
Según Pekin, Ankara debe distanciarse del destino de Asad y concentrarse ante todo en la lucha contra los grupos terroristas en la región.
"Si Turquía cambia su postura sobre Asad, las relaciones bilaterales con Rusia adquirirán un nivel más alto", concluyó.
Por su parte, Hasan Basri Kurt, diputado del Parlamento turco del Partido de la Justicia y el Desarrollo, afirmó que las reuniones sobre Siria en Astaná, donde Rusia, Turquía e Irán desempeñan el papel de países garantes, podrían servir como punto de partida para un nuevo proceso del arreglo sirio.
"Para resolver la crisis [siria], en primer lugar se necesita que todos los países de la región den pasos hacia el arreglo. (…) Se necesita lograr que la crisis siria deje de ser una fuente de terrorismo".