"Quiero subrayar que el Reino Unido no pretende suprimir los intereses de Rusia en Siria y, por el contrario, reconocemos la larga conexión de Rusia y el interés nacional que está en juego", declaró en el Parlamento de Westminster.
"Trabajaremos con Estados Unidos para crear las condiciones para que Rusia colabore con nosotros y escape de su enmarañamiento con el tóxico régimen de Asad, que envenena la reputación internacional de Rusia", postuló el canciller.
De acuerdo con el canciller, análisis realizados sobre "fragmentos de proyectil" recogidos en la localidad siria de Jan Sheigun denotan la presencia de armas químicas en el ataque de principios de mes, que calificó de "crimen de guerra".
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La portavoz laborista en Exteriores, Emily Thornberry, cuestionó el "lealtad ciega" de Londres en la administración del presidente Donald Trump y acusó a Johnson y al resto del gabinete conservador de "abdicar de ejercer liderazgo" en política nacional e internacional.