Al mismo tiempo el 27% de los participantes en este estudio señaló que evalúa positivamente a Lukashenko, el 54% dijo que respeta la elección del pueblo bielorruso (en 2008 lo dijo el 34%), pero el 12% considera que Bielorrusia necesita tener un presidente distinto (en 2008 lo creía el 13%).
"Al evaluar la posición política de Lukashenko, la mayoría (el 73%) compartió la opinión de que él muestra una actitud astuta y apoya a Rusia solo cuando le conviene practicando en realidad una política independiente, mientras el 17% dijo que el líder bielorruso aplica de modo consecuente una política prorrusa", informaron los autores del estudio.
Desde 2006 aumentó considerablemente la parte correspondiente a las personas en que Lukashenko despierta emociones positivas.
El director general del VCIOM, Valeri Fiódorov, señaló que el presidente de Bielorrusia se granjeó la fama de ser "un político ejemplar que garantiza la estabilidad y el desarrollo sostenido de su país y defiende sus intereses" y al propio tiempo coopera estrechamente con Rusia.
Pero últimamente en esta imagen surgieron rasgos negativos relacionados con el deseo de Lukashenko de obtener ventajas adicionales para su país aprovechando el conflicto que surgió entre Rusia y Occidente, reconoció.
"Al maniobrar entre dos partes del conflicto, el líder de Bielorrusia empieza a perder la confianza de aquellos rusos que apreciaban en él sobre todo la disposición a marchar hombro con hombre con nuestro país superando todos los tropiezos geopolíticos", declaró Fiódorov.
