La víspera Sichévich llevó a cabo un encuentro con su homólogo ruso, Dmitri Medvédev, pero los dos políticos no lograron llegar a un acuerdo, además el ministro de Energía ruso Alexándr Nóvak aseguró que Bielorrusia no está dispuesta a pagar los 700 millones de dólares que debe sin lograr significativas preferencias.
"La parte bielorrusa no considera que esa suma represente una deuda", dijo el portavoz.
A principios de 2016, Bielorrusia calificó de injusto el precio que Rusia le cobra por el suministro del gas y redujo los pagos por iniciativa propia.
En respuesta Rusia recortó el volumen del crudo libre de aranceles que envía a Bielorrusia, alegando que existe una deuda del país vecino por el gas recibido y Minsk tampoco cumple el plan de suministro de derivados del petróleo al mercado ruso.
En octubre pasado, los dos países declararon haber logrado un compromiso, pero no desvelaron los detalles.
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Sin embargo, la disputa sigue pendiente y se reavivó a finales de 2016, cuando Minsk anunció una subida de las tarifas por el transporte del crudo ruso a partir del presente año.