Según la clasificación, el índice de corrupción tanto en Irán, como en Rusia en 2016 fue de 29 puntos (de los 100 posibles), al igual que en el año 2015.
"Por desgracia, hoy en día, las organizaciones internacionales que se dedican a la elaboración de este tipo de análisis y valoraciones se han convertido en una herramienta política de Occidente que la utiliza para ejercer presión sobre otros países", declaró.
"Para presionar a estos países a nivel de la información, Occidente elabora estos informes y valoraciones teniendo en cuenta sus propios intereses y atribuyendo problemas a ciertos países", afirmó Abshenass.
El periodista destacó que en ningún caso Irán niega que no haya corrupción en el país —que sí es un problema importante que azota la economía y la gestión estatal—, sin embargo, según Abshenass, los países occidentales también sufren de este problema.
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"No es ningún secreto que los líderes occidentales no podrían haber alcanzado un estatus político tan alto, es decir, ocupar posiciones altas, sin el apoyo de los grupos de presión económicos influyentes", aseguró, haciendo referencia a la cultura de los 'lobby' por parte de las grandes empresas que buscan promover sus intereses en los altos niveles de poder.
"Por lo tanto, creo que estas calificaciones no pueden ser tomadas en serio ni considerarse un análisis objetivo, ya que no reflejan toda la realidad y son una herramienta política de Occidente", opinó en conclusión el periodista.
