También se propone castigar a los que inviertan en la construcción de gasoductos y oleoductos y participen en la privatización en Rusia y en la compraventa de la deuda soberana del país.
Los autores del documento no descartan acciones unilaterales por parte del Senado en caso de que el presidente Trump se niegue a seguir las indicaciones del proyecto de ley.
Además, está prevista la asignación de 25 millones de dólares para llevar a cabo un "trabajo aclaratorio" sobre la "agresión rusa", tarea a cargo de las autoridades de EEUU.
Las sanciones conciernen a los individuos considerados por el Senado responsables de los ataques cibernéticos contra EEUU y de las acciones de Rusia en Ucrania y Crimea.
Las relaciones entre Washington y Moscú sufrieron un notable deterioro en los últimos años. Desde 2014, EEUU introdujo una serie de sanciones sectoriales e individuales contra Rusia por su supuesta intromisión en el conflicto ucraniano.
El distanciamiento se acentuó en septiembre de 2016 por las discrepancias sobre el conflicto en Siria y en las semanas posteriores, después de que altos cargos de la administración saliente acusaran a Moscú de inmiscuirse en el proceso electoral en EEUU.