Desafortunadamente, en los últimos años, la incidencia de este tipo de casos en los países occidentales ha ido en aumento, tanto, que parece haberse convertido en un mecanismo habitual.
Por su parte, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, recomendó expulsar de Rusia a 35 diplomáticos estadounidenses, en respuesta simétrica a la medida anunciada por Obama.
Se trata de la más reciente medida de este tipo en el marco de una larga serie de desencuentros diplomáticos.
La Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas de 1961 otorga a los Estados el derecho de declarar en cualquier momento y sin ofrecer explicaciones persona no grata a cualquier diplomático extranjero.
Lea más: Expulsión de diplomáticos busca obstaculizar fortalecimiento de Rusia
El Estado que presentó las credenciales deberá retirar a esta persona o cesarla en funciones en su representación diplomática, porque en caso contrario el Estado receptor puede negarse a reconocerle como diplomático.
Aunque están obligados a respetar las leyes del país receptor, no podrán ser detenidos tras la comisión de delitos.
La declaración como persona no grata, que conduce automáticamente a la expulsión del país, es el único mecanismo que permite proteger al Estado receptor de los diplomáticos extranjeros.
La expulsión de diplomáticos es una medida extrema y está vinculada habitualmente al espionaje ("actividad incompatible con el estatus de diplomático").
Esta medida también suele significar una expresión simbólica de descontento.
Los funcionarios fueron declarados personas no gratas por actividades incompatibles con el estatus de diplomático.
Al día siguiente el Ministerio de Exteriores de Rusia confirmó este hecho.
El periódico Washington Post publicó un artículo donde se relataba que el 6 de junio supuestamente fue atacado uno de los funcionarios de la legación norteamericana en Moscú, a lo que la Cancillería rusa respondió que el diplomático era agente de la CIA y atacó a un policía ruso que protegía la sede diplomática de EEUU.
Más aquí: Exteriores de Rusia confirma la expulsión de diplomáticos rusos de EEUU
El 13 de julio de 2015, el Ministerio de Exteriores de Ucrania declaró persona no grata al cónsul general en funciones de Rusia en Odesa, tras lo cual el diplomático ruso abandonó este país.
La parte ucraniana no divulgó el nombre del diplomático expulsado y el 17 de julio el Ministerio de Exteriores de Rusia comunicó que esta medida estaba encaminada a incrementar las tensiones de las relaciones bilaterales.
El 17 de noviembre de 2014 una serie de diplomáticos polacos fue expulsada de Rusia por actividades incompatibles con su estatus, a lo cual Polonia respondió con la expulsión de diplomáticos rusos.
Polonia ya había expulsado a varios diplomáticos rusos supuestamente por actividades incompatibles con su estatus, luego de detener a un coronel polaco al que acusaron de espiar para Rusia.
A principios de diciembre de 2013 las autoridades de EEUU acusaron a una serie de diplomáticos rusos y sus familiares de realizar una estafa con seguros médicos.
Según la policía estadounidense, varios funcionarios rusos y sus familiares declararon ingresos menores para acceder a los servicios del programa Medicaid, en tanto compraban objetos de lujo.
Lea más: Rusia expulsa a un diplomático ucraniano en respuesta simétrica a Kiev
En la causa se enumeraron los nombres de 49 personas, diplomáticos rusos y sus esposas, que supuestamente recibieron en total alrededor de millón y medio de dólares en calidad de compensaciones del seguro.
A fines de ese año los diplomáticos rusos acusados de estafa retornaron a su país.
La Cancillería rusa consideró que estas acusaciones eran un intento de venganza por la solución de temas ajenos a las relaciones bilaterales de Moscú y Washington.
La "primera acción visible" de Rusia en respuesta a las sanciones de EEUU https://t.co/nnuFY8imYD pic.twitter.com/qSop1UJzDY
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 30 de diciembre de 2016
En enero de 2012, según medios de prensa canadienses, las autoridades de este país expulsaron a cuatro funcionarios de la Embajada de la Federación Rusa en Ottawa tras la detención de un militar canadiense, el oficial de marina Jeffrey Paul Delisle, acusado de espiar para Rusia.
La Cancillería rusa desmintió estas declaraciones al aseverar que no existía tal expulsión ya que los diplomáticos rusos abandonaron el país a fines de 2011 tras concluir sus misiones.
El 1 de febrero de 2011 las autoridades de Irlanda anunciaron que expulsarían a un funcionario de la Embajada rusa en Dublin.
Según los órganos de seguridad del país, estos establecieron que agentes rusos falsificaron pasaportes que luego utilizaron, en base a datos de ciudadanos irlandeses.
A fines de noviembre de 2010 la ministra de Exteriores de España, Trinidad Jiménez, aprobó la demanda del director del Centro Nacional de Inteligencia, Félix Sanz Roldán, de expulsar del país a dos diplomáticos rusos.
A fines de diciembre del mismo año el periódico El País informó que la Cancillería de Rusia exigió al consejero político de la Embajada de España en Moscú, Ignacio Cartagena, y el primer secretario de la sede diplomática, Borja Cortés-Bretón, apelando a que los diplomáticos "realizaban actividades incompatibles con su estatus".
A mediados de diciembre de 2010 Rusia y Gran Bretaña intercambiaron expulsiones de diplomáticos, con la retirada de un funcionario en cada legación.
Según declaración escrita del entonces jefe de Exteriores, William Hague, el 10 de diciembre Gran Bretaña envió una solicitud a la Embajada de Rusia en Londres con la solicitud de retirar a uno de sus funcionarios del Reino Unido.
Hague señaló que esto fue hecho en respuesta a las claras pruebas de actividades de los servicios de inteligencia rusos en contra de los intereses británicos.
La expulsión de diplomáticos rusos, una medida para "condicionar a #Trump" https://t.co/C6JzI9NyK7 pic.twitter.com/nHzCuBNFen
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 30 de diciembre de 2016
En respuesta a ello Rusia solicitó el 16 de diciembre el retiro de un funcionario de la sede diplomática de Londres en Moscú.
Londres señaló que no existía fundamento alguno para acciones semejantes pero satisfizo la demanda.
En agosto de 2010 el primer secretario de la Embajada de Rusia en Bucarest, Anatoli Akópov, fue declarado por las autoridades rumanas persona no grata en respuesta a las acciones de la parte rusa contra el diplomático rumano Gabriel Grecu.
El Ministerio de Exteriores de Rusia demandó al diplomático abandonar el país en el término de 48 horas.
Grecu fue detenido en Moscú durante un intento de obtener información secreta de carácter militar.
Según informó el Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia, al espía le fueron requisados "equipos de espionaje que le incriminaban totalmente en la realización de actividades hostiles contra Rusia".
A fines de julio de 2009 Kiev anunció la expulsión del país de dos diplomáticos rusos, el consejero de la Embajada de Rusia, Vladímir Lisenko, y del cónsul general en Odesa, Alexandr Grachov, declarando que los rusos supuestamente realizaban "actividades no diplomáticas".
En respuesta Moscú propuso a Kiev concluir anticipadamente la misión del cónsul general de Ucrania en San Petersburgo, Natalia Prokopóvich, y del consejero de la legación, Ígor Berezkin.
Posteriormente el Ministerio de Exteriores de Ucrania canceló su decisión de expulsar al cónsul general de Rusia en Odesa, ante lo cual Moscú anuló su medida simétrica.
A fines de abril de 2009 la OTAN retiró la acreditación en su oficina de Bruselas a dos funcionarios de la representación permanente rusa ante la Alianza, tras lo cual el Ministerio de Exteriores de Bélgica tomó la decisión de expulsar a los rusos.
Moscú consideró este hecho como una provocación y en respuesta al acto hostil por parte de la OTAN retiró las credenciales diplomáticas al director del Buró de Informaciones de la OTAN en Moscú, a la agregada de la Embajada de Canadá en Rusia, Isabelle François, y al segundo al cargo del Buró de Informaciones de la OTAN y agregado de la misma, Mark Opgenorth.
El 2 de abril de 2009 el canal de televisión lituano TV5 informó citando fuentes extraoficiales que a fines del mes anterior el diplomático ruso Alexandr Japílov, acusado por el canal TV3 en octubre del año anterior de preparar un atentado contra el entonces presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, fue expulsado del país.
El agregado de prensa de la legación rusa en Lituania confirmó al mismo medio que Japílov abandonó al país, pero desmintió que fuese expulsado, alegando que había dejado el país báltico debido a que pasaba a ocupar un nuevo cargo.
En septiembre de 2008 un diplomático finlandés fue expulsado de Moscú en respuesta a la expulsión de un funcionario de la Embajada de Rusia en Finlandia a principios de año.
El 21 de enero de 2008 el segundo secretario de la Embajada de Rusia en Letonia y vicecónsul, Alexandr Rogozhin, fue expulsado del país tras ser acusado de espionaje.
La Cancillería rusa calificó esta decisión de paso hostil y declaró que se reservaba el derecho de tomar medidas de respuesta.
Cuatro días más tarde Rusia declaró persona no grata a uno de los funcionarios de la Embajada de Letonia en Moscú, por actividades incompatibles al estatus de diplomático y que dañaban los intereses de seguridad de Rusia.
El 7 de noviembre de 2008 el Ministerio de Exteriores de Georgia envió a la Embajada de Rusia una nota donde declaraba a tres funcionarios de la misión personas no gratas.
Los diplomáticos fueron expulsados en base a materiales del Ministerio de Interior de Georgia que contenían los resultados de la vigilancia oculta y las escuchas de conversaciones telefónicas de los funcionarios con representantes de la oposición georgiana.
Al día siguiente la Cancillería rusa respondió con una medida simétrica.
En julio de 2007 cuatro diplomáticos rusos fueron expulsados de Gran Bretaña en respuesta a la negativa de Rusia de entregar al empresario Andréi Lugovoi, acusado por los británicos de ser cómplice del exoficial del FSB de Rusia, Alexandr Litvinenko.
Rusia respondió con la expulsión de cuatro diplomáticos británicos.