El Gobierno de Obama anunció el cierre de dos instalaciones en EEUU que diplomáticos rusos supuestamente usaban para labores de espionaje, dándoles 72 horas de plazo para abandonar el país.
Los diplomáticos rusos solían usar estos inmuebles como casas de campo y los llamaban "dachas" (casa de campo típica rusa), celebrando en estas, de vez en cuando, actividades conmemorativas.
Antes de las Navidades algunos diplomáticos fueron a las "dachas" con sus familias y niños, y ahora, por las sanciones impuestas, tienen que regresar a toda prisa a su residencia permanente.
"De acuerdo con el Acto de Misiones Extranjeras, la Oficina de Misiones Extranjeras (del Departamento de Estado) puede restringir el acceso a estas instalaciones", dijo a RIA Nóvosti un representante de la entidad.
No obstante, el mismo acto solo permite al secretario de Estado exigir que una misión extranjera renuncie al uso del inmueble y no dice nada de "prohibir o denegar el acceso".
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, recomendó expulsar de Rusia a 35 diplomáticos estadounidenses, en respuesta simétrica a la medida anunciada la víspera por Barack Obama.