"Es una prueba más de que Donald Trump está estableciendo un gobierno corporativo que actuará abiertamente en el interés de los negocios de las grandes corporaciones", señaló Robert Griffiths.
El político británico advierte de que el último fichaje del equipo transicional demuestra al mismo tiempo el "fuerte respaldo de las grandes corporaciones" al presidente electo.
"Utilizarán la presidencia para ganar acceso a recursos y mercados por todo el mundo sin prestar ninguna consideración a los intereses medioambientales, las comunidades locales ni las condiciones laborales de los trabajadores", pronosticó.
Griffiths considera viable la mejora de las relaciones entre Washington y Moscú pero pone en duda la normalización a largo plazo de las relaciones.
"Parece que Trump apercibe a China como el principal enemigo de los grandes negocios estadounidenses y podría llegar a un acuerdo a corto plazo con Putin, que imagino que será realmente muy corto", sostuvo el secretario general de la pequeña formación británica.
De acuerdo con el líder comunista, Tillerson no alcanzará una "resolución permanente" con el Kremlin porque "todavía hay obvios choques de intereses económicos y geopolíticos" entre EEUU y Rusia.
"Las bases de la rivalidad económica, política y militar perduran y aunque puedan llegar a un pacto en beneficio mutuo no creo que será una posición sostenible a largo plazo", dijo a esta agencia.
Para Griffith, la victoria presidencial "fortalece el caso en favor de la salida de Reino Unido de la OTAN y la disolución" de la propia Alianza Atlántica.