Además, fueron canceladas las elecciones de los rectores de las universidades, que ahora serán nombrados por el presidente, que elegirá entre las candidaturas propuestas por el Consejo de Educación Superior.
El mismo decreto estipula el cierre de otros 15 medios, principalmente los que se publicaban en el sureste del país, donde predomina la población kurda.
Tras el fallido golpe de Estado del 15 de julio pasado, las autoridades turcas empezaron una campaña de detenciones, suspensiones y expulsiones masivas entre militares, agentes, jueces, funcionarios públicos y docentes, sospechosos de ser partidarios de Gülen.
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Este imán es considerado por las autoridades turcas el cerebro de esa intentona que causó más de 240 muertos — sin contar a los amotinados — y casi 2.200 heridos en Ankara y Estambul.
El propio Gülen rechaza rotundamente las acusaciones del Gobierno turco y propone crear una comisión internacional para investigar la asonada.