"Moscú se ha convertido en un actor global a pesar de los deseos de EEUU"

El petróleo barato debía haber causado problemas para Putin y privarlo de los recursos necesarios para "guerras costosas en Siria y Ucrania", escribe Wolfram Weimer, autor de un artículo para The European. Pero las esperanzas de Washington no se hicieron realidad y Moscú se ha convertido en un actor global.

La época de los bajos precios del petróleo pronto puede terminar, asegura Wolfram Weimer. El presidente ruso, Vladímir Putin, está luchando por el establecimiento de unos nuevos precios mundiales y por construir la "nueva OPEP". En la conferencia sobre energía de Estambul, Putin afirmó que "Rusia está dispuesta a tomar medidas para restringir la producción, y pide a otros países-exportadores de petróleo hacer lo mismo". Inmediatamente después de sus declaraciones, el precio del petróleo subió un 3%. La operación para crear una "nueva OPEP" se ha convertido en un importante éxito político de Putin en el ámbito mundial, considera Weimer.

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Desde hace mucho tiempo, Rusia busca restaurar su estatus de superpotencia. La semana pasada, el líder ruso anunció la suspensión del acuerdo de disposición de plutonio, y el 7 de octubre, el Ministerio de Defensa reveló que Rusia está considerando la posibilidad de reabrir sus bases militares en Cuba y Vietnam. El 8 de octubre, también se informó de que los sistemas de misiles Iskander serán desplegados en la región de Kaliningrado. Al mismo tiempo, se mantiene en Siria la presencia rusa.

"Mientras Putin ataca directamente, EEUU anuncia la retirada", subraya el autor del artículo.

Según Weimer, a pesar de su "agresión militar y política", Putin consigue una larga lista de éxitos.

En primer lugar, la comunidad mundial "tácitamente" reconoció a Crimea como parte de Rusia. Las sanciones occidentales no tienen ningún efecto, tampoco hay una fuerte resistencia en la OTAN ni en la UE. En todas las conversaciones, los diplomáticos europeos llegan a la conclusión de que Crimea debe ser "entregada" a Rusia para siempre.

En segundo lugar, es evidente la influencia de Putin en Ucrania, lo que le permite hacer crecer la zona de influencia de Rusia en Occidente.

En tercer lugar, la operación en Siria le brindó a Rusia poder e influencia en Oriente Próximo. Ahora resulta impensable ningún arreglo pacífico de la situación sin la participación de Moscú.

En cuarto lugar, a través de nuevas alianzas políticas, Putin está creando un nuevo espacio geoestratégico. Primero, se acercó a Pekín, luego a Teherán, y ahora está construyendo una alianza con Ankara. Moscú trabaja en diversos proyectos económicos a gran escala como el Turk Stream, y además, está creando una estructura de poder antioccidental.

"#Rusia y #China están formando un tándem en #Siria" https://t.co/GOTIxpo9AF pic.twitter.com/5j9gvngpQY

— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) October 10, 2016

​"Todo esto, una vez combinado, convierte a Moscú en un actor global", dice Weimer. Washington esperaba que tras la caída de los precios del petróleo, Putin se enfrentaría a problemas políticos internos y Rusia se quedaría sin recursos para participar en "guerras costosas en Siria y Ucrania", según asegura el autor. Sin embargo, lo que sucedió fue exactamente lo contrario. "Los gestos simbólicos" de las bases militares en Cuba, Vietnam y Kaliningrado hacen hincapié en la "nueva conciencia" del Kremlin.

Si Putin logra crear una "nueva OPEP", en el futuro eso causará graves problemas para Occidente. Según los analistas militares del Pentágono, "el oso voraz quiere saciar su hambre". "Otro problema es que actualmente, el águila estadounidense es incapaz de oponerse a esto, ya que corre el riesgo de ahogarse en una dolorosa carrera presidencial", resume el autor.