De repente, resulta que la política occidental es "errónea e inútil, o más bien, perjudicial y mortal".
Tras la Comisión de John Chilcot, que catalogó la invasión de Irak como un error, la Comisión Parlamentaria del Reino Unido criticó la operación militar en Libia. En este caso, la responsabilidad recae sobre el ex primer ministro, David Cameron, y las autoridades francesas.
Anteriormente, el presidente estadounidense, Barack Obama, había declarado inesperadamente que él consideraba que la intervención en Libia fue su mayor error político. Obama precisó que los países de la OTAN habían apoyado a los rebeldes que luchaban contra Muamar el Gadafi, pero no lograron proporcionar estabilidad ni ayuda para formar un nuevo Gobierno.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) June 2, 2016
"¿Valía la pena, entonces, armar jaleo y nutrir con dinero y armas a formaciones ilegítimas que se posicionaron fuera de la ley, luchando con métodos violentos contra el Gobierno y su líder, elegido por los propios sirios? ¿Qué es esto sino un reconocimiento de su propia impotencia y un enfoque muy equivocado en el conflicto sirio?", plantea el autor.
Ivanov pone de relieve que este tipo de confesiones, ante todo, están provocadas por las acciones exitosas de Rusia para arreglar la situación en Siria.
Sin embargo, el resultado de la confesión de los políticos y diplomáticos occidentales puede tener efectos perniciosos y finalizar en una especie de harakiri político.
"En Washington y Londres pensarán que si se arrepienten de sus pecados, se les perdonará todo".
No obstante, "el modelo anglosajón del orden mundial no solo se basa en la violencia, sino en una total incompetencia", prosigue el periodista.
"Tal vez Libia e Irak, si recuperan la condición de estado de pleno valor, un día exigirán que EEUU y el Reino Unido respondan por sus errores y demandarán una indemnización con muchos ceros", concluye Ivanov.