"La postura de Rusia (frente a los lanzamientos de misiles norcoreanos) es que (Pyongyang) debe cumplir las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y todas las partes deben evitar acciones capaces de avivar la tensión", dijo la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova.
Tokio calificó este hecho como una seria amenaza.
Pyongyang declaró haber modificado el ángulo de lanzamiento del misil para que no causara daño a los países vecinos.
Si Corea del Norte utilizara un ángulo típico para el lanzamiento de este tipo de cohetes, el misil podría cubrir una distancia de hasta 1.000 kilómetros.
Zajárova señaló que Moscú no ve por ahora perspectivas de la normalización de la situación en la península de Corea.
"Lamentablemente, las perspectivas de la normalización no se perciben por ahora y no es por culpa de un país concreto, sino por falta de confianza y por el hecho de que las partes enfrentadas prefieren argumentos basados en la fuerza", indicó.
Con anterioridad, Corea del Norte pidió al Consejo de Seguridad de la ONU debatir los ejercicios militares a gran escala que están realizando EEUU y Corea del Sur.
En los ejercicios anuales Ulchi Freedom Guardian (UFG) que comenzaron el lunes participan unos 50.000 efectivos surcoreanos y 25.000 estadounidenses, así como militares de nueve países miembros del Comando de las Naciones Unidas emplazado en Corea del Sur: Australia, Canadá, Colombia, Dinamarca, Filipinas, Francia, Italia, Nueva Zelanda y Reino Unido.
Las maniobras simulan ataques a objetivos nucleares y misiles norcoreanos en un hipotético conflicto en la península de Corea.
Los expertos surcoreanos y japoneses coinciden en que el lanzamiento del misil norcoreano este miércoles fue una respuesta a los ejercicios.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó unánimemente en marzo la resolución 2270 que endurece las sanciones a Corea del Norte para que renuncie a su programa nuclear y los lanzamientos balísticos, ya prohibidos por resoluciones anteriores del organismo.