Según afirma Varol, pese a que el procedimiento no afecta directamente a Turquía, el caso puede tener serias consecuencias para el país debido a la gravedad de las acusaciones vertidas contra un banco que funciona en territorio otomano.
"Los asirios afirman que el banco fue utilizado para transferir dinero a cuentas de organizaciones terroristas como Daesh y el Frente al Nusra", asegura la analista.
"Esta parte de los cargos ya afecta directamente a Turquía, debido a que las transferencias de dinero fueron realizadas a través de la recaudación de fondos por unas asociaciones y fundaciones que operan en Turquía bajo la mediación de ciudadanos de Kuwait, que se encuentran en la lista negra de la ONU", prosigue Varol.
A juicio de la analista de delitos financieros, las acusaciones de los asirios "podrían ser el presagio de una serie de procedimientos y audiencias mucho más grandes".
Por decisión judicial de EEUU, Kuveyt Turk podría ser sancionado gravemente, lo que afectaría a Turquía, debido a que el 18% de los activos bancarios pertenece a la Dirección General de los waqf — una especie de donación que implica una renuncia sobre la titularidad del bien por parte del propietario— que forma parte del Gobierno turco, explica Varol.
Refiriéndose al declive de la imagen de Turquía en la escena internacional, Varol está segura de que todos los otomanos han sido convencidos de que "el mundo se ha unido contra ellos".
"En un momento en el que todos los países se han consolidado en la decisiva lucha contra el terrorismo, cuando Rusia y EEUU —a pesar de todas sus discrepancias— llevan a cabo acciones conjuntas en Siria, Turquía sigue lanzándose al fondo del abismo", señala Varol.
"En vez de adherirse a los principios democráticos y respetar los derechos humanos de sus propios ciudadanos, desgraciadamente, Turquía demuestra una creciente tendencia hacia la radicalización", concluye Varol.