"Los generales de la OTAN —que vigilan el horizonte desde la base polaca en Redzikowo y hablan de la disponibilidad para abrir fuego si Moscú decide atacar a Estonia— no se dan cuenta de que Vladímir Putin, sin disparar ni un solo tiro, ya está entre nosotros", escribe el autor del artículo.
Las acciones de los residentes del Véneto se justifican en términos económicos, opina Martinetti, pero la política resulta ser más complicada. Se siente que Occidente vuelve a la guerra de propaganda como respuesta a los "hábiles movimientos" de Putin. "¿Alguien realmente cree que Putin va a atacar algún estado báltico?", pregunta el autor.
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El columnista italiano opina que el líder ruso está aplicando la "fuerza suave" en su política europea. Asegura que incluso la reunión del papa Francisco con el patriarca Kirill es parte de esta política.
"Ahora, en muchos círculos católicos ultraconservadores en Francia e Italia, Putin es considerado como un defensor de la cristiandad y verdadero líder, una alternativa a la 'dictadura' de la Unión Europea".