"El diálogo es fundamentalmente importante, absolutamente necesario y (es) la única posibilidad de conservar el país de manera segura y pacífica", dijo.
El 8 de agosto de 2008, Georgia invadió Osetia del Sur, su antigua autonomía rebelde, y atacó con artillería pesada la capital Tsjinvali –entonces bajo la protección de las fuerzas de paz rusas– y otros poblados.
Rusia envió a sus tropas y expulsó a los militares georgianos de la república.
A finales de agosto del mismo año, Moscú reconoció la independencia de Osetia del Sur y de otra antigua autonomía georgiana, Abjasia.
Tras el reconocimiento, Tiflis rompió relaciones diplomáticas con Moscú.
Entretanto, el nuevo Gobierno de Georgia, que llegó al poder tras las elecciones parlamentarias del 1 de octubre de 2012, planteó una normalización de las relaciones con Rusia como una de las prioridades de su estrategia política.
