El pasado 2 de marzo, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó unánimemente la resolución 2270 que endurece las sanciones contra Pyongyang y ordena inspeccionar todas las mercancías para Corea del Norte, prohibir la venta de armas convencionales norcoreanas, limitar la exportación de carbón, hierro, oro, titanio y minerales naturales raros. Además, el país no podrá comprar combustible para aviones, incluido para cohetes.
La tensión en la península de Corea se volvió a disparar después de que Pyongyang llevara a cabo su cuarta prueba nuclear el 6 de enero y un mes después lanzara un cohete con un satélite, lo cual, según expertos surcoreanos, pudo ser un ensayo encubierto de un misil balístico.
La semana pasada, Pyongyang disparó dos misiles hacia el mar de Japón (o mar del Este, como se le conoce en Corea). Uno de los proyectiles voló 800 kilómetros antes de caer en el mar, mientras que el segundo desapareció de los radares tras recorrer 17 kilómetros. Según los militares surcoreanos, habría explotado en el aire.