Asimismo, agregó que Rusia continuará la política que había anunciado el presidente de Rusia, Vladímir Putin, "hasta que haya una reacción adecuada".
Las relaciones entre Moscú y Ankara se deterioraron después del derribo del Su-24 por la aviación turca el pasado 24 de noviembre, un hecho que Putin calificó como una "puñalada por la espalda".
Turquía asegura que la aeronave violó su espacio aéreo, mientras que las autoridades rusas sostienen que el aparato no cruzó la frontera turca, lo que confirman los datos de los radares sirios.
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Tras este incidente Moscú aprobó restricciones económicas a Turquía, en concreto en los ámbitos del comercio, educación, turismo y empleo, que entrarán en vigor el 1 de enero de 2016.
