"Consideramos los preparativos anunciados una provocación abierta que tiene como objetivo desestabilizar la situación en una de las regiones de Europa de mayor estabilidad en términos de seguridad", reza el comunicado de la Cancillería.
El Ministerio también apunta a la "facilidad con la que las autoridades estonias sacrifican las instalaciones civiles por el curso de la OTAN hacia la militarización acelerada del Báltico".
La extensión de la infraestructura de la base de Amari se explica por la necesidad creciente de la Fuerza Aérea de la OTAN.