"En junio de 1991 invité al alcalde de Moscú, Gavriil Popov, a un almuerzo de trabajo, y me comentó que se preparaba un golpe de Estado contra Gorbachov, y que quisiera que Yeltsin, que estaba por esos días en Washington, regresase a Moscú", relató el exdiplomático al rotativo ruso.
"Le escribí, 'yo lo informaré, pero, ¿quién está detrás de eso?' a lo que Popov respondió escribiendo cuatro apellidos: Kriuchkov, Pávlov, Yázov, Lukiánov", rememoró el diplomático.
Según Matlock, él envió un telegrama secreto a Washington, donde el presidente de EEUU transmitió su contenido a Yeltsin y le preguntó qué hacer, a lo que el entonces presidente ruso respondió que era necesario advertir al presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov.
"¿Cómo podíamos hacerlo? El secretario de Estado de EEUU, James Baker, estaba en ese momento en Berlín; allí también estaba el canciller de la URSS, Alexandr Bessmértnij", contó el diplomático.
"Bessmértnij se soprendió, 'me cuesta trabajo creer en esto, pero ese es precisamente el caso en el que no puedo advertir a Gorbachov'", citó las palabras del canciller ruso el exembajador norteamericano en Moscú.
El diplomático observó que nadie, ni Bessmértnij, ni Bush, ni Baker, podía llamar a Gorbachov, comprendiendo que una conversación como esta sería grabada por la KGB.
"Me informaron desde Washington que el presidente Bush insistía en que precisamente yo hiciese llegar esta información de algún modo a Gorbachov", relató.
Con mediación de Cherniáev, asesor de Gorbachov, el encuentro tuvo lugar y la información fue transmitida, pero, según el diplomático norteamericano, "el secretario general del PCUS no la tomó en debida consideración".
"Gorbachov entregó el mensaje a Cherniáev e hizo un discurso sobre los norteamericanos ingenuos", recordó Matlock, señalando que el presidente soviético agradeció a Bush por preocuparse.
Al día siguiente, según relató el diplomático al periódico ruso, Bush llamó a Gorbachov y le preguntó entre otras cosas si se había reunido con el embajador de EEUU, a lo cual el presidente soviético respondió que el "todo lo dicho por el embajador es mentira al 1.000 por ciento".
"Solo después del fallido golpe de Estado que pretendía destituir a Gorbachov, Popóv constató que a fin de cuentas esto sirvió de algo, ya que tras la conversación telefónica entre Gorbachov y Bush Kriuchkov comprendió que había una fuga de información, por lo que frenó la preparación de la revuelta; quizás por ello esta intentona falló", declaró Matlock.
El diplomático señaló que nunca antes se había referido a estos sucesos y lo hacía ahora solo tras recibir el permiso de Popóv de mencionar su relación con estos sucesos.
El intento de golpe de Estado en la URSS, conocido como el Golpe de Agosto, tuvo lugar entre el 19 y 21 de agosto de 1991, luego de que varios miembros del Gobierno soviético depusiesen brevemente al presidente Mijaíl Gorbachov e intentasen tomar el control del país.
