La semana pasada, el Gobierno de Kirguistán decidió dejar sin efecto el acuerdo bilateral de cooperación con EEUU de 1993 después de que el Departamento de Estado estadounidense, hubiera premiado a Azimzhán Askárov como Defensor de Derechos Humanos de 2015.
"Apoyo plenamente la decisión del Gobierno y la declaración de la Cancillería de la República", dijo Atambáev.
Agregó que tal situación podría inculcar a la comunidad uzbeka la idea de que "ellos viven mal en Kirguistán y que les tratan de forma injusta".
"Se generan ánimos separatistas", subrayó el mandatario kirguís.
Atambáev señaló que las autoridades de Kirguistán propusieron en varias ocasiones a la UE y EEUU enviar a sus expertos para examinar los documentos sobre el caso de Askárov.
Según él, a pesar de que Occidente apoya la creación del independiente sistema jurídico de Kirguistán, los dirigentes de varios países extranjeros le pidieron al mismo tiempo cambiar de algún modo la sentencia de Askárov, postura que calificó de "absurda".
"Lo más importante para Kirguistán es la estabilidad y la paz, (parece que) es ventajoso para alguien crear aquí un desorden controlado", recalcó.
El acuerdo estadounidense-kirguís, que se concertó con el fin de facilitar la prestación de la ayuda humanitaria, técnica y económica por EEUU, le permitía a la parte estadounidense introducir y sacar artículos de esta república centroasiática sin pagar impuestos y también concedía un estatus igual al diplomático del personal civil y militar de EEUU que cumplía en Kirguistán programas relacionados con este acuerdo.
La decisión entrará en vigor el próximo 20 de agosto, que, según el Ministerio de Asuntos Exteriores, "afectará a todos los ámbitos de la cooperación entre las partes relacionados con la actividad y los proyectos realizados en el marco de un acuerdo internacional".