En 2006, EEUU aprobó una serie de sanciones contra el presidente del país eslavo, Alexandr Lukashenko, y los miembros del Gobierno bielorruso.
El jueves, el presidente de EEUU, Barack Obama, prolongó las sanciones contra Bielorrusia por un año alegando supuestas "violaciones de derechos humanos vinculadas con represiones políticas".
"La decisión del presidente de EEUU no contiene nada nuevo y el texto de la orden actual coincide por completo con el texto de la de 2014 lo que demuestra la torpeza del sistema burocrático estadounidense, su percepción débil de los procesos mundiales y los de nuestra región", dijo Mironchik a los periodistas en Minsk.
Agregó que se nota últimamente un "cierto mejoramiento de las relaciones" entre Washington y Minsk y "es evidente para todos" aunque "se mantienen divergencias y las habrá en valoraciones, opiniones y enfoques".
El portavoz subrayó que las relaciones entre los dos países deben "determinarse no por las divergencias sino por los intereses mutuos y acciones responsables en la seguridad global y regional, la no proliferación y en otros asuntos más actuales de la agenda internacional".
Mironchik señaló que no se puede solucionar dificultades en las relaciones con EEUU de forma momentánea pero sí "seguir cooperando de forma mutuamente ventajosa y manteniendo un diálogo".
"Es un camino constructivo que llevará poco a poco al acercamiento de las posturas sobre los asuntos importantes y el entendimiento de la política y el papel internacional de Bielorrusia por parte de los estadounidenses", recalcó el diplomático.
El peor periodo en las relaciones bilaterales se dio en 2008, cuando la cantidad de diplomáticos estadounidenses en Bielorrusia se redujo de 35 a 5 funcionarios por insistencia de Minsk.
El país eslavo respondió así a las sanciones estadounidenses contra la empresa bielorrusa Belneftejim, impuestas en 2007.
La UE, alegando violaciones de los derechos humanos en Bielorrusia, impuso sanciones adicionales en 2012.