"En realidad se trata de una transformación paulatina del país en una base de apoyo de EEUU y la OTAN junto a las fronteras con Rusia", afirmó en un comentario el portavoz de la Cancillería rusa, Alexandr Lukashévich.
Estas acciones "poseen un carácter conflictivo", además resultan inadecuadas y excesivas "tanto en el plano militar como en el financiero", destacó.
"Está claro que Rusia no representa ninguna amenaza ni para Rumanía, ni para ningún otro país, las referencias al carácter estrictamente defensivo de las medidas frente a la 'amenaza del Este' son completamente infundadas", aseguró el portavoz en un documento publicado en el portal de la Cancillería rusa.
"La conclusión que puede hacerse es que los actuales dirigentes de Rumanía, para aumentar su propio 'prestigio' a ojos de los estrategas transatlánticos, infringen abiertamente sus obligaciones según el Acto Fundamental entre Rusia y la OTAN de 1997 acerca de la imposibilidad de ubicar 'fuerzas militares considerables' en los territorios de los nuevos miembros de la Alianza y son capaces de sacrificar por cuestiones de coyuntura la estabilidad en la región del mar Negro", dijo Lukashévich en su comentario.