Además apuntó a la necesidad de impedir el fracaso de los acuerdos de Minsk, avalados por los líderes de Alemania, Francia, Rusia y Ucrania.
"Trabajamos con Berlín y París, y tratamos de hacerlo con Washington, para que hagan entrar en razón a las autoridades ucranianas y las obliguen a cumplir esta vez los acuerdos", aseguró.
Lavrov afirmó también que Alemania y Francia reconocen que algunas decisiones del presidente ucraniano, Petró Poroshenko, obstaculizan gravemente el arreglo del conflicto en el país eslavo.
Según el ministro, Kiev dice que se encargará del proceso político después de que restablezca el control total sobre su territorio.
"Pero entonces no se requerirá ningún proceso político, meterán en cintura a todos, como han hecho en el resto de Ucrania", dijo.
El canciller ruso comunicó haber preguntado a sus colegas europeos por qué no expresan su postura públicamente, a lo que respondieron que interactúan con Kiev a través de sus propios canales.
"Los estadounidenses trabajarían de manera más efectiva y eficaz", añadió.
Es evidente que Washington no quiere ver el éxito de los acuerdos de Minsk, y el alivio de la crisis en las relaciones entre Rusia y Europa, concluyó Lavrov, agregando que el secretario de Estado de EEUU declara lo contrario.