Esta negación, señaló el experto, alcanzó niveles absurdos durante las negociaciones del 12 de febrero en Minsk. Según filtraciones, comenta, la mitad de las 16 horas que duró la maratónica reunión se perdieron tratando de que Poroshenko admitiera lo obvio: que sus tropas estaban rodeadas en Debáltsevo. El mandatario ucraniano se negó a dar la orden a sus tropas a que se retirasen, dijo Mercouris.
"No hay lógica que sustente este intento absurdo por negar la realidad. La defensa continuada de Debáltsevo no servía ningún objetivo militar ya que las milicias estaban a días de capturar la ciudad", dijo.
A principios de la guerra, el comandante de las milicias Ígor Strelkov retiró a sus combatientes de la ciudad de Slaviansk cuando era obvio que la ciudad era indefendible y que sacrificar a sus hombres no servía ningún propósito, recordó Mercouris. "Este es el deber que todo comandante debería cumplir a sus soldados", dijo el analista.
"Poroshenko no cumplió con este deber", sentenció y lamentó que "como resultado tenemos miles de soldados ucranianos que murieron innecesariamente". "Solo basta mirar el mapa para entender que, teniendo en cuenta la capacidad combativa de ambos bandos, Debáltsevo era simplemente indefendible", dijo.
Parte de esta culpa debería recaer sobre la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés François Hollande, matizó Mercouris. Un informe publicado por el diario alemán Der Spiegel confirma que la iniciativa de paz tenía como objetivo salvar las vidas de los soldados ucranianos atrapados en Debáltsevo. "Ante esto, era su deber presionar a Poroshenko a que admitiera la realidad y salvase a sus soldados", subrayó.
Sin embargo, "Poroshenko es el mayor responsable de esta debacle", sentenció. No solo su negativa a admitir la situación condenó a la muerte a muchos de sus soldados, "sino que de la manera más absurda, declaró victoria, diciendo que el sacrificio de los soldados sirvió para probar a las potencias occidentales que las Fuerzas Armadas de Rusia efectivamente participan en el conflicto", dijo.
"Esto es simplemente ridículo", lamentó y dijo que no se necesita sacrificar a miles de soldados para probar algo así.
"Cuando un comandante sacrifica a sus hombres por un motivo como ese, es hora que deje su puesto", concluye.