Esta es la quinta vez que el país ibérico ocupa el asiento de Naciones Unidas.
España fue elegida el pasado 16 de octubre por 132 votos para ocupar uno de los cinco puestos no permanentes del Consejo de Seguridad. Los otros cuatro puestos son para Nueva Zelanda, Malasia, Angola y Venezuela.
La diplomacia española, con el Rey Felipe VI y el ministro de Asuntos Exteriores, Jose Manuel García-Margallo a la cabeza, invirtió un millón de euros en la campaña para lograr que la votación de la Asamblea General de Naciones Unidas fuera positiva.
España articuló su campaña en torno a los conceptos de diálogo, solidaridad y compromiso. "Nos esforzaremos en el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, la lucha contra la pobreza y la promoción de los derechos humanos", aseguró el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación en un comunicado.
"España es un país comprometido en la resolución de los problemas globales, y estamos ilusionados con la perspectiva de poder afrontar, desde el máximo órgano decisorio mundial, los retos que hoy en día se plantean ante la comunidad internacional", afirmó.