Este martes el Comité de Inteligencia del Senado estadounidense presentó más de 500 páginas de los 6.000, que componen el informe sobre la utilización de varias técnicas de torturas contra los presos, sospechosos del terrorismo, por parte de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
"Siempre hemos estado contra las torturas. Consideramos que EEUU debe reexaminar y corregir sus métodos, y adaptarlos a las normas internacionales correspondientes", dijo Hong al comentar el informe.
En 2001, tras los atentados del 11 de septiembre, la CIA lanzó el programa secreto de detención en el marco de la ofensiva del Gobierno de George Bush contra el terrorismo internacional.
El documento revela abusos cometidos durante la presidencia de George W. Bush (2001-2009) que incluyeron torturas, desinformación a las autoridades y la opinión pública y la detención ilegal de al menos 26 sospechosos de terrorismo.
Según se desprende del informe, los interrogados fueron sometidos a técnicas de tortura tan brutales como privación de sueño o alimentación rectal, además de la asfixia por agua simulada que consistió en poner un paño sobre la cara del prisionero, echarle agua y obligarlo a respirar, provocando la sensación de ahogo.
De cara a la publicación del documento, EEUU reforzó las medidas de seguridad en sus misiones extranjeras por temor a protestas y actos de violencia.