"Considerando el impase (…) en torno al suministro de la ayuda humanitaria a los habitantes de Rukban quisiéramos subrayar lo siguiente: la situación deplorable en el campamento es toda la responsabilidad de EEUU, que ocupa ilegalmente esa región de un Estado miembro de la ONU", dijo la Cancillería rusa.
La Cancillería respaldó sus conclusiones con el hecho de que poco después de la misión humanitaria, los paquetes de alimentos de la ONU fuesen hallados en las zonas ocupadas por los yihadistas de ISIS (grupo terrorista prohibido en Rusia y otros países) durante una operación antiterrorista en la localidad de Al Suwayda.
"Actualmente la ONU está analizando el envío del próximo convoy humanitario a Rukban a mediados de diciembre", recordó el ministerio ruso.
Al criticar la falta de transparencia a la hora de entrega y distribución de la ayuda humanitaria instó a asegurar en adelante "un control real y transparente" de ese proceso.
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Los diplomáticos rusos destacaron también que pese al llamado de la ONU de corregir los errores cometidos con el primer convoy, "EEUU sigue insistiendo en el mismo procedimiento" e insta a implicar a los extremistas en la distribución de las cargas humanitarias.
Además, informó de las propuestas rusas para aliviar la situación humanitaria en Rukban, todas rechazadas por EEUU.
Las iniciativas consistían en garantizar el acceso permanente al campo a través de un paso humanitario desde el territorio controlado por Damasco y asegurar la máxima transparencia y la distribución personal de ayuda sin recurrir a la asistencia de los bandos armados ilegales.
Por último el ministerio declaró que hasta que se cierre el campo de refugiados, es la parte estadounidense la que debe garantizar las condiciones adecuadas para sus habitantes.
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Asimismo llamó a EEUU a retirar sus tropas inmediatamente de la zona alrededor de Al Tanaf y entregar el control sobre el territorio al Gobierno sirio para que cuide de sus ciudadanos.
El campamento de refugiados Rukban, ubicado en una zona controlada por EEUU cerca de su base militar en Al Tanaf, alberga a unas 50.000 personas, en su mayoría mujeres y niños, que huyeron de la guerra y ahora son de hecho rehenes de las facciones terroristas que operan en la zona.
