Según el estudio, previamente el Gobierno holandés publicó a petición de los medios de comunicación los documentos sobre el equipamiento enviado a dos grupos armados concretos en Siria que lo utilizaron durante las hostilidades.
Más tarde los materiales publicados fueron retirados del acceso público.
Los autores de la investigación indican que estos datos contradicen lo declarado por el ministro holandés de Exteriores, Stef Blok, sobre ayuda de "carácter no militar" enviada a los grupos armados en Siria.
La Cámara de Representantes del Parlamento holandés, por su parte, pidió explicaciones del Gabinete de ministros por la investigación publicada.
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Desde mayo de 2015 el país europeo destinó unos 70 millones de euros a apoyar organizaciones opositoras en Siria, entre ellas los controvertidos Cascos Blancos y The Free Syrian Police.
La ONG Cascos Blancos, que recibió un amplio apoyo en Occidente, declara que su objetivo es el rescate de los civiles en las zonas de conflictos armados.
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Sin embargo, el Ministerio de Exteriores ruso calificó la labor de los Cascos Blancos como elemento de la guerra informativa dirigida contra las autoridades de Siria.