Así comentó la reciente declaración del enviado especial de la ONU para Yemen, Martin Griffiths, en la que expresó la esperanza de que las consultas de paz se reanuden en noviembre próximo.
El diplomático destacó que Saná está dispuesto a apoyar al enviado de la ONU y a sus esfuerzos, aunque los hutíes deben darle "garantías por escrito" de que participarán en las conversaciones y aceptarán su agenda.
El embajador reiteró que las consultas bajo los auspicios de la ONU es la única opción para resolver el conflicto en Yemen.
"Estamos dispuestos a discutir todos los escenarios en el marco de este formato", enfatizó.
En opinión de Mubarak, Rusia y EEUU podrían unir sus esfuerzos y dar a entender a los hutíes que "no hay ningún compromiso" y que la única vía para resolver el problema yemení es la resolución 2216 del Consejo de Seguridad de la ONU.
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En lo que se refiere al rechazo de los hutíes a viajar a Ginebra en septiembre pasado, Mubarak supuso que esto se debe a "algunas políticas internas entre los hutíes, así como a la interferencia por parte de Irán y (el movimiento chií libanés) Hizbulá".
A principios de septiembre debían empezar en Ginebra, tras un receso de dos años, las consultas yemeníes con la participación de los representantes de los rebeldes hutíes y de las autoridades de Yemen encabezadas por el presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, que cuenta con el apoyo de la coalición árabe liderada por Arabia Saudí.
Sin embargo, los rebeldes hutíes se negaron a viajar a Ginebra alegando la falta de garantías para su regreso seguro a Yemen.
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En marzo de 2015 intervino en el conflicto del lado del Gobierno legítimo una coalición encabezada por Arabia Saudí e integrada mayormente por países del golfo Pérsico.
Unos 6.600 civiles murieron y casi 10.500 resultaron heridos en Yemen del 26 de marzo de 2015 al 9 de agosto de 2018, según la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.
Hasta ahora han fracasado todos los intentos de la ONU de resolver el conflicto por vía pacífica.
