"Israel y Alemania creemos que debemos hacer todo para impedir que Irán tenga el arma atómica (…) Pero no estamos de acuerdo sobre las maneras de lograrlo", dijo Merkel, en una rueda de prensa antes de abandonar Israel.
Netanyahu pide desde el principio que el acuerdo se anule o se modifique sustancialmente y celebró que Estados Unidos se retirara del pacto el pasado mayo.
"Creo que todas las naciones juntas deben presionar al régimen iraní para que desmantele su programa nuclear (…) Israel continuará haciendo lo que tiene que hacer para defenderse y para neutralizar los intentos de Irán de convertir Siria y Líbano en bases para atacar Israel", dijo Netanyahu.
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Merkel aseguró que es consciente del "peligro" que Irán representa para Israel y subrayó que el objetivo es lograr que este peligro potencial se reduzca al mínimo.
Las relaciones parecen haber vuelto a su cauce con la visita de Merkel a Israel esta semana, donde presidió un foro empresarial y participó en una reunión intergubernamental que se saldó con la firma de varios acuerdos de cooperación.
Por encima de sus diferencias sobre Irán, los dos dirigentes quisieron subrayar que mantienen relaciones estrechas y ejemplares.
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El primer ministro opinó que Alemania e Israel están comprometidos con la seguridad y estabilidad en Oriente Medio y deben dar ejemplo al resto del mundo.
Merkel visitó justamente este 4 de octubre el museo del Holocausto en Jerusalén donde afirmó la "responsabilidad perpetua" de su país en la lucha contra el antisemitismo y la xenofobia.
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Merkel señaló que su visita a este museo coincidía prácticamente con el 80º aniversario de la noche de los Cristales Rotos, los pogromos y ataques registrados en la Alemania nazi contra judíos, el 9 y 10 de noviembre de 1938, que se saldaron con 90 muertos y la deportación de unas 30.000 personas, además de la destrucción de sinagogas, comercios y empresas pertenecientes a judíos.
La visita de Merkel se produce en un momento en que se ha registrado un aumento de los comportamientos antisemitas en Alemania, un hecho reconocido por la dirigente antes de iniciar su viaje a Israel.
Merkel trajo consigo a Israel a Felix Klein, encargado gubernamental de la lucha contra el antisemitismo.
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La canciller no visitó en esta ocasión los territorios palestinos y el conflicto israelo-palestino tuvo poca presencia en las declaraciones públicas de Merkel y Netanyahu.
La responsable europea subrayó de nuevo que la solución pasa por la creación de dos Estados mientras que Netanyahu acusó a la Autoridad Palestina del presidente Mahmud Abbas de tener una actitud que no permite avanzar hacia la paz y de presentar "condiciones imposibles" a Israel.
"Pensé que el acercamiento vivido con otros países árabes nos ayudaría a alcanzar la paz con nuestros vecinos palestinos, si es que ellos deciden optar por la paz en lugar de presionar a Israel para que acepte condiciones imposibles (…) Pero debo decir que no existe esa actitud en la Autoridad Palestina", aseguró Netanyahu.
Los dos dirigentes también conversaron sobre las manifestaciones y la violencia en Gaza y la prevista demolición por parte de Israel de la aldea beduina de Khan al Ahmar, en Cisjordania, a la que Alemania se ha opuesto oficialmente.
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Según Alemania y otros países europeos, la desaparición de esta aldea representaría un paso atrás en el camino hacia una solución de dos Estados.