"La activación de las acciones de combate en la zona de Idlib obligará a decenas o incluso a centenares de personas a abandonar sus hogares", dijo.
Advirtió que "las condiciones de vida de las personas desplazadas y las familias de acogida ya son muy difíciles, especialmente en los campos temporales que tienen dificultado el acceso a los servicios básicos".
Además, destacó la importancia de dar acceso libre a los trabajadores humanitarios para que atiendan a todos los necesitados.
La provincia siria de Idlib fue ocupada en 2015 por grupos armados y la organización terrorista Frente al Nusra (también conocida como Fatah al Sham y prohibida en Rusia).
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En 2017, el territorio de Idlib comenzó a formar parte de la zona de distensión del norte de Siria patrocinada por Turquía, que es junto con Rusia e Irán garante de la tregua en el país árabe, acordada en el marco del proceso pacífico de Astaná.
El 25 de agosto, el Ministerio de Defensa ruso denunció que los terroristas del Frente al Nusra están tratando de organizar una provocación en esa provincia con el fin de acusar a Damasco del uso de armas químicas contra civiles.
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