Por séptimo año consecutivo, la marcha se organizó en Jerusalén, una ciudad donde este tipo de protestas tienen pocos adeptos y causan cierto escándalo entre los sectores más conservadores y religiosos.
Según las organizadoras de la protesta, "una de cada cinco mujeres ha sido violada en Israel".
"Esta es la realidad de las mujeres aquí, una realidad de miedo, dolor y vergüenza. La violencia sexual no es un hecho singular, es una epidemia masiva", aseguran los folletos de información que repartían durante la manifestación.
"Queremos decir bien alto que estamos hartas, que esto es una enfermedad extendida en la sociedad", declaró a Sputnik Maya Belinsky, de 25 años, que trabaja como traductora de inglés.
Se creó en respuesta a las palabras de un oficial de policía canadiense que dijo "Si las mujeres no quieren que las violen, no tendrían que vestirse como putas".
Esta frase refleja el pensamiento de muchas personas, que consideran que las mujeres no pueden vestirse de según que manera ni comportarse libremente si quieren evitar que las agredan sexualmente.
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Durante la protesta, en la que había muchas jóvenes vestidas en ropa interior, se leyeron los nombres y las historias de las mujeres que han sido asesinadas en Israel por violencia machista en lo que llevamos de año.
Entre los gritos que se corearon se oyó en repetidas ocasiones "yo también", siguiendo la campaña "me too" que inundó las redes sociales hace unos meses.