Una delegación del Consejo de colaboración con las agrupaciones religiosas, instituido por la Iglesia Ortodoxa Rusa, está cumpliendo una misión humanitaria sin precedentes en Siria y el Líbano desde el 3 de febrero.
Los delegados llevaron consigo una carga de 77 toneladas, cuyo grueso fue repartido en Damasco, el 7 de febrero visitaron a los refugiados en el valle de Bekaa en la frontera entre el Líbano y Siria, donde repartieron 13 toneladas entre los necesitados sin importar sus creencias.
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"Una parte del cargamento humanitario, que se distribuyó con la ayuda del gran muftí de Siria, Ahmad Badreddin Hassoun, atendiendo a su solicitud se llevó directamente a la ciudad de Alepo para una de las comunidades que sufrió mucho", dijo Igúmnov.
El Consejo de colaboración con agrupaciones religiosas se instituyó en abril de 2017 y ya realizó exitosamente dos acciones de recolecta de ayuda humanitaria y su entrega a Siria.
Varias toneladas de víveres y medicamentos llegaron al norte del país, al Alepo recién liberado, así como a Latakia, El Qamishli y Homs en junio y agosto de 2017.