Se precisa que ambos cabecillas estaban en la lista de personas más buscadas por el Ministerio del Interior turco.
Fundado en la década de 1970 como un partido de extrema izquierda, el PKK practicó la lucha armada contra el Gobierno de Ankara durante décadas reclamando la creación de una autonomía kurda en el sudeste de Turquía.
El conflicto entre las fuerzas gubernamentales y el PKK, prohibido en Turquía como una organización terrorista, causó más de 40.000 muertos, según algunas estimaciones.
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Un acuerdo de alto el fuego logrado en 2013 fracasó dos años después, tras varios meses de escalada de tensión en las zonas kurdas por la ofensiva yihadista en el norte de Siria, cerca de la frontera con Turquía.
Desde julio de 2015, más de 900 militares y policías turcos, así como unos 300 civiles, murieron como resultado de los ataques de insurgentes kurdos.