Turquía impuso el estado de excepción tras el fallido golpe de Estado del 15 de julio de 2016.
"El Gobierno consideró oportuno prolongar el estado de excepción en el país por otros tres meses", dijo a los periodistas.
Turquía vivió en la noche del 15 al 16 de julio una intentona golpista militar que se saldó con más de 240 muertos y unos 2.200 heridos.
Las autoridades turcas acusaron al teólogo musulmán Fethullah Gulen, autoexiliado en EEUU, de haber organizado el amotinamiento y exigieron su extradición.
Gülen rechazó de plano la acusación de estar detrás de la intentona golpista y propuso establecer una comisión internacional para investigarla.
Tras la asonada, en todo el país otomano fueron detenidos o suspendidos decenas de miles de militares, agentes, jueces, funcionarios públicos y docentes por su presunta implicación en la intentona o vínculos con la organización de Gulen.