La activista trabajaba en la delegación local de una ONG noruega y tenía el visado en regla, pero las autoridades fronterizas le comunicaron que no la dejarían entrar en Israel.
Las autoridades dijeron que la activista había ayudado a otros activistas a obtener visados irregularmente alegando que esas personas trabajaban en áreas humanitarias cuando en realidad realizaban a veces trabajos políticos, según informa el diario Haaretz.
La activista fue expulsada el 7 de enero, cuando llegó al aeropuerto de Tel Aviv, después de pasar unos días en Noruega.
Sabine Hadad, portavoz del Ministerio del Interior de Israel dijo que se le prohibió entrar en Israel a pesar de que su visado estaba en regla "porque se aprovechó de su empleo para dar visados a personas a las que no le correspondían".
El incidente se produjo cuando la ministra de Exteriores de Noruega, Ine Eriksen Soreide, estaba visitando Israel y se reunía con las principales autoridades del país, incluidos el presidente Reuven Rivlin y el primer ministro Benjamín Netanyahu.
La Embajada de Noruega en Tel Aviv dijo que no comentaba los asuntos consulares.
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