El acuerdo se aprobó por voluntad del primer ministro Benjamín Netanyahu y no llegó a debatirse durante el consejo.
Se trata de un acuerdo que beneficia a Israel con fondos europeos, si bien queda explícito que los asentamientos no se beneficiarán.
La ministra de Cultura, Miri Reguev, presentó hace unos días una objeción al acuerdo y en principio tenía que abordarse esa objeción antes de su aprobación.
Sin embargo, Netanyahu aprobó automáticamente el acuerdo, lo que suscitó protestas por parte de Reguev.
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Con este acuerdo, Bruselas pretende distinguir lo que es Israel de los territorios ocupados que la comunidad internacional no reconoce como parte de Israel.