Un portavoz de la Casa Blanca declaró el 4 de diciembre que EEUU anunciará los próximos días si reconoce a Jerusalén como capital de Israel.
La parte palestina y varios Estados de Oriente Próximo declararon que el reconocimiento de Jerusalén como tal provocaría la agravación del conflicto árabe-israelí y desestabilizaría la situación en la región, en particular Turquía amenazó con romper las relaciones diplomáticas con Israel.
"Se deben acatar todas las resoluciones de la ONU relativas a Jerusalén (…) y los principios del derecho internacional, que declara nulas e ilegítimas las leyes y las actividades israelíes apuntadas a cambiar el estatus jurídico e histórico de Jerusalén y de sus lugares sagrados", dice la declaración que emitió la LEA en esta reunión convocada a iniciativa de la delegación palestina.
Los Estados árabes exhortaron a EEUU a jugar un papel positivo y no preconcebido en el logro de una paz sólida y justa en el Oriente Próximo, subrayando que el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel se interpretará como una "acción hostil hacia la nación árabe y los derechos del pueblo palestino y todos los musulmanes y cristianos y como una peligrosa violación del derecho internacional, de la Convención de Ginebra y de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU".
A juicio de la Liga Árabe, tal paso pondrá en peligro la paz y la seguridad en la región y socavará definitivamente todas las perspectivas de lograr paz a partir del reconocimiento de la existencia de dos Estados.