"Si recibimos indicios estratégicos claros de que Catar adoptaría cambios en su comportamiento y dejaría de financiar a los islamistas, eso servirá una base de discusión, pero necesitamos un sistema de supervisión", dijo Gargash citado por el medio.
Gargash explicó que ese mecanismo —de ser establecido— permitirá comprobar que Catar ha acabado de financiar al terrorismo, conceder asilo a los extremistas, así como de apoyar a los grupos radicales, en particular a los Hermanos Musulmanes, Al Qaeda —organizaciones terroristas proscritas en Rusia y otros países— y el movimiento palestino Hamás.
Además, el ministro apuntó que no es la primera vez que Abu Dabi intenta alterar la política exterior de Doha.
"En 2014 tratamos de arreglar las cosas con diplomacia y fracasamos. El emir de Catar no cumplió con su palabra, por eso esta vez decimos que le condenaremos al ostracismo", expresó Gargash.
El diplomático añadió que su principal objetivo consiste en llevar la iniciativa del aislamiento de Catar al Consejo de Cooperación del Golfo.
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A este bloqueo diplomático se sumaron posteriormente Libia, Yemen, Maldivas, Mauritania y Comoras, y Jordania y Yibuti anunciaron que reducían el nivel de sus lazos diplomáticos con Doha.
Catar lamentó el bloqueo diplomático calificándolo de "injustificado", y aseguró que todas las acusaciones carecen de fundamento.
