"Nuestro país expresa la esperanza de que las partes superen las discrepancias y arreglen la situación por la vía diplomática y de las negociaciones", dijo Abdrajmánov a los periodistas.
El canciller kazajo llamó a "todas las partes involucradas en esta situación a tener moderación y buscar soluciones mutuamente aceptables que beneficien sobre todo a los pueblos de estos países, que se llevarán la peor parte de la ruptura de las relaciones".
El 5 de junio, Arabia Saudí, Bahréin, Egipto y Emiratos Árabes Unidos acusaron a Catar de apoyar el terrorismo y desestabilizar la región de Oriente Medio y anunciaron la ruptura de las relaciones diplomáticas y de las comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas con la monarquía del golfo Pérsico.
Poco después se supo que Libia, Yemen, Maldivas y, según algunos medios saudíes y emiratíes, Mauricio se suman al boicot diplomático.
Por su parte, Filipinas suspendió el envío de la mano de obra a Catar.
Catar fue excluido también de la coalición liderada por Riad que interviene desde marzo de 2015 en el conflicto de Yemen.