Según las autoridades de Hamás, los tres hombres ajusticiados colaboraban con Israel y mataron a tiros a Mazen Faqha, una figura del ala armada de Hamás, el pasado 24 de marzo cuando se encontraba en la calle, junto a su casa; un pistolero le disparó cuatro veces en la cabeza.
Organizaciones pro-derechos humanos de Gaza que habían llamado a Hamás a juzgar de nuevo a los acusados denunciaron las ejecuciones.
Según estos grupos, los acusados no tuvieron un juicio justo que siguiera las normas internacionales, no se les permitió apelar la sentencia y la pena se aplicó lo más rápido posible, hecho que según las ONG demuestra que la sentencia se emitió con el propósito de llevar a cabo una venganza, más que para hacer justicia.
"Corrieron para ejecutar a hombres basándose en una decisión de un tribunal militar especial que no se puede revisar, días después de anunciar sus arrestos y de difundir vídeos con sus confesiones, según la ley de una milicia, no según la ley de un Estado de derecho", subrayó la directora de Oriente Medio de la ONG Human Rights Watch, Sarah Leah Whitson.
"La muerte como castigo apoyado por el gobierno es inherentemente cruel y siempre injusta, no importa en qué circunstancia", añadió la representante de HRW.
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La ONG pro-derechos humanos Amnistía Internacional (AI) llamó el miércoles a Hamás a detener las ejecuciones porque los tres acusados fueron declarados culpables "en un tribunal que no contempló para nada los estándares de un juicio justo".