"El (nuevo) sistema representa una transformación de la democracia en la historia de Turquía", declaró Erdogan, y agregó que allí "donde hay una dictadura ya no es necesario el poder presidencial para dirigir".
Según el líder turco, los cambios votados en el referendo no se realizarán para beneficiarle de manera personal.
"Soy un simple mortal, puedo morir en cualquier momento", subrayó el político.
Más del 51% de los turcos, según el escrutinio preliminar, avaló el pasado domingo la reforma constitucional que convertirá a Turquía en una república presidencialista.
La oposición denunció violaciones en el referendo y criticó la decisión de la Comisión Electoral de dar por válidos votos y sobres no sellados.
Las enmiendas a un total de 18 artículos de la Carta Magna turca otorgan amplios poderes ejecutivos al presidente de la nación, que podrá declarar el estado de excepción, designar vicepresidentes, ministros y otros altos cargos, así como promulgar decretos con fuerza de ley que entrarán en vigor de forma automática aunque los legisladores tendrán la posibilidad de cancelarlos.
A diferencia de la Constitución en vigor, la versión enmendada no obliga al jefe de Estado a suspender su filiación política.