"Las perturbaciones políticas que se operan en el mundo, diversos complots, injerencia foránea, incluida la regional, son los factores que contribuyen a la prolongación de la crisis", dijo en rueda de prensa celebrada en la agencia Rossiya Segodnya.
"No queremos de Rusia carros de combate ni armas, solo una contribución a la causa de la paz, queremos que Rusia se ponga del lado del pueblo libio y que se restablezcan las relaciones cordiales que existieron entre Libia y Rusia antes", señaló.
"No pedimos armas, no pedimos material para matar", subrayó el político.
Libia atraviesa una profunda crisis desde 2011, año en que fue derrocado y asesinado su líder Muamar Gadafi, tras lo cual surgió la dualidad de poderes.
En Tobruk (en el este) se encuentra la sede de la Cámara de Representantes, o Parlamento elegido en elecciones generales, que también fue reconocido como legítimo por el Consejo de Seguridad de la ONU y cuenta con el apoyo del Ejército Nacional.
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, indicó que la normalización de la situación en Libia puede lograrse solo mediante un diálogo entre las fuerzas políticas más importantes del país.