"Nuestra política militar en Siria no ha cambiado, y nuestra prioridad sigue siendo la derrota de ISIS (siglas en inglés de Estado Islámico de Irak y Siria)", dijo Mattis.
El presidente Donald Trump aseguró que el bombardeo se llevó a cabo en represalia por el ataque químico contra civiles en la provincia de Idlib el martes 4, en el que murieron 84 personas, incluyendo niños y bebés.
El ministro de Exteriores de Siria, Walid Muallem, negó la participación de su Gobierno en ese incidente y aseguró que nunca había usado armas químicas contra civiles ni contra terroristas que actúan en el territorio.
El año pasado, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas anunció que había completado la destrucción de todo el arsenal químico de Siria.
Rusia, por su parte, ha insistido en la necesidad de que se lleve adelante una investigación independiente y detallada de lo ocurrido en Idlib antes de señalar culpables.