"Tras la matanza con armas químicas en Jan Sheijun, el 4 de abril, una instalación militar del régimen sirio fue destruida esta madrugada por un ataque aéreo estadounidense. El presidente Asad es el único responsable de esta evolución", señala la declaración emitida tras una conversación telefónica entre Merkel y Hollande.
"Alemania y Francia continuarán junto con sus socios y en el marco de las Naciones Unidas los esfuerzos para que el presidente Asad responda por sus acciones criminales", dice la declaración.
El comunicado se hizo público pocas horas después de que EEUU lanzara 59 misiles de crucero Tomahawk desde los buques de guerra emplazados en el Mediterráneo contra la base aérea de Shairat en la provincia siria de Homs.
El pasado martes la Coalición Nacional de Fuerzas Opositoras y Revolucionarias de Siria acusó a las tropas gubernamentales del empleo de armas químicas en la ciudad de Jan Sheijun, con un balance de 80 muertos y 200 heridos.
Los resultados preliminares de una autopsia realizada en Turquía a tres víctimas del ataque apuntan a que la muerte se produjo por un masivo edema pulmonar resultante de la exposición a un gas asfixiante.
El Gobierno de Siria sostiene que no había empleado sustancias tóxicas contra nadie —ni en Jan Sheijun ni en cualquier otra parte- y responsabilizó de los hechos a los terroristas.
Siria se unió a la Convención sobre las Armas Químicas después de que varios centenares de personas fueron víctimas de un brutal ataque químico en el barrio de Guta Oriental, cerca de Damasco, en agosto de 2013.
Su renuncia a las armas químicas bajo control de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) fue resultado de un acuerdo entre Moscú y Washington y permitió evitar la intervención militar de EEUU en Siria en 2013.
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Las armas químicas fueron retiradas del territorio sirio y la OPAQ anunció su total destrucción en enero de 2016.
No obstante, el Departamento de Estado de EEUU publicó en junio de 2016 un informe que acusaba a Siria de seguir empleando armas químicas contra la población.
Por su parte, el entonces Alto Representante Interino de la ONU para Asuntos de Desarme, Kim Won-soo, declaró que los expertos de Naciones Unidas siguen sin poder confirmar la total destrucción en territorio de Siria de las instalaciones para la producción de armas químicas.