"Prestamos ayuda y entregamos medicamentos para el tratamiento completo para que la gente no tenga que acudir a las farmacias locales, no todos tienen esta oportunidad", dijo Onischenko.
La seguridad de los médicos la garantiza la policía militar rusa.
Los médicos sirios, por su parte, denunciaron que los yihadistas destruyeron numerosos hospitales y los combates obligaron al personal sanitario a abandonar Alepo.
Las instalaciones médicas que continúan su actividad se enfrentan al déficit de medicamentos por las sanciones que impusieron contra Siria los países occidentales.
"Impusieron sanciones contra nuestro país por lo que no podemos importar los medicamentos necesarios, equipamiento nuevo y piezas de repuesto para reparar el viejo", lamentó el jefe del Hospital Universitario de Alepo, Ibrahim Hadid.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto armado que ha dejado entre 300.000 y 400.000 muertos, según datos de la ONU.
Las tropas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas, entre ellas Daesh (autodenominado Estado Islámico) y el Frente al Nusra, ambas proscritas en Rusia y otros países.