Según Oguz, Ankara debe pensar en la posibilidad de fortalecer su control fronterizo, dado que Turquía es una de las rutas principales de los movimientos de los yihadistas.
"La ruta más importante de los integrantes de Daesh desde Asia Central a los territorios de Siria e Irak pasa a través de Turquía. El movimiento se realiza en ambas direcciones. Solo bastan 500 o 600 dólares para entrar en el país otomano desde Afganistán e Irán", explicó.
"A raíz de una operación realizada en el distrito Zeytinburnu de Estambul, donde los yihadistas de Asia Central se esconden antes de ser enviados a Siria o Irak, los agentes de policía detuvieron a 400 ilegales procedentes de Afganistán, de los cuales 180 fueron enviados en avión de vuelta al país", prosiguió.
Según el analista, los primeros grupos yihadistas empezaron a florecer en Afganistán después de que EEUU se pusiera a prestar apoyo a los radicales islamistas en los años 80 del siglo XX. En consecuencia, sigue estando abonado el terreno ideológico para un aumento de la actividad de Daesh en el país.
"La meta proclamada por EEUU en el 2001 era que Afganistán se convirtiese en una región libre de terrorismo. Cuando los estadounidenses se marcharon del país 15 años después, este objetivo no había sido alcanzado", detalló.
"En el idioma persa darí hay un proverbio que literalmente se traduce así: 'una carga desequilibrada no alcanza su destino'. Esto significa que, cuando se fija una carga de manera inadecuada e insegura, se tambalea a mitad de camino e inevitablemente se cae. Esto es precisamente lo que pasó en Afganistán en 2001", concluyó Oguz.