"Hemos analizado el caso con atención a partir de la información disponible y tras considerar todas las posibilidades hemos planteado la cuestión a la coalición liderada por Arabia Saudí", dijo a Sputnik un portavoz ministerial británico.
De acuerdo con el diario The Guardian, análisis revisado por el titular de Defensa, Michael Fallon, indica que bombas de racimo fabricadas en Reino Unido se han utilizado en el conflicto actual contra los rebeldes hutíes.
"Es una razón más por la que Reino Unido debe dejar de vender armamento a Arabia Saudí", declaró a esta agencia Andrew Smith, director de comunicación de la Campaña Contra el Comercio de Armas (CAAT, en sus siglas en inglés).
Londres es consignatario y miembro promotor de la Convención en Munición de Racimo, que desde 2008 demanda la eliminación y desactivación de estos mortales arsenales.
"Si a Reino Unido le preocuparan los derechos humanos de los yemenís cortaría la venta de armas a Arabia Saudí que están alimentando la guerra", denunció Smith.
Los últimos contratos de munición de racimo se remontan quizá a finales de los años ochenta pero su detección en Yemen se ha verificado desde que comenzaron los bombardeos saudíes en 2015.
"El armamento dura mucho más tiempo que la fecha del certificado oficial de su venta", recordó el portavoz de la ONG.
La vista está prevista en el Tribunal Superior, con sede en Londres, a principios de febrero.
De acuerdo con datos de la organización, el Gobierno británico ha autorizado contratos destinados a Arabia Saudí, por un total superior a 3.300 millones de libras en munición y vehículos, desde marzo de 2015.
El Gobierno suní de Riad es el principal aliado estratégico y militar en el Golfo pérsico del Reino Unido.