"En vista de que continúan las críticas infundadas respecto a la reacción de la Cruz Roja al trágico suceso, el jefe de la delegación regional del CICR en Moscú, Magne Barth, reitera (…) que el ataque al hospital militar ruso en Alepo del 5 de diciembre de 2016 es un acto trágico e inaceptable", dice el comunicado.
Barth subrayó que el personal médico debe ser respetado y protegido imperativamente y universalmente, sin importar a quién pertenece y donde se sitúa el hospital.
Al día siguiente después del ataque, la CICR expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas del bombardeo y calificó el suceso de trágico e inaceptable.
Unos minutos después del ataque, el jefe de la delegación de la Cruz Roja en Damasco llegó al lugar de los hechos y expresó condolencias al comandante de las fuerzas rusas.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, afirmó que el ataque es una acción deliberada, planeada por "los que intentan preservar sus posiciones en Alepo al amparo de patrocinadores extranjeros".